sábado, 18 de enero de 2014

Pocas palabras, mucho que decir. UNA GRAN VERDAD

Bajo el calor de una tarde de verano este par se reencontró con el lugar que fue testigo de esta historia. Habían pasado los años y aunque ambos tomaron distintos senderos, se sentía en el ambiente esa misma emoción de aquellos jóvenes que respiraron el amor del mismo aire. Ella lucía radiante, su mirada inmensa inmortalizaba el momento, el amarillo  de su blusa conjugaba a la perfección con la frescura de su sonrisa y dejaba tímidamente descubierto uno de sus hombros. El espectador contemplaba acercarse a aquella que hoy era una mujer que lo miraba sonriente y decidida.

Era momento de retroceder a aquel día en que la rutina acabó, en el que los minutos parecieron años e inició una historia que hoy el tiempo se encargaba de retomar en su imperioso afán de cumplir su propósito. Dos almas se encontraban nuevamente en busca de un porqué, de una respuesta, y por qué no de llenar el vacío nostálgico de una historia que nunca acabó.

Nunca sabremos cuando o cómo terminan las historias de amor, el tiempo hace su trabajo en su sabiduría infinita. Quizá la vida fuera mejor si viniéramos predestinados al amor, sin embargo la unica certeza que tenemos al llegar es que la luz algún dia se apaga y mientras dure nuestra misión es encontrar un propósito y trascender. 

En el silencio de una habitación y de una tarde de verano, estos dos caminos se volvieron a juntar. Pero aún mas fuerte que los azares del tiempo, son los deseos del corazón, de un amor que cree, que entrega sin esperar recibir, y que nunca olvida. En el silencio de aquella habitación, nunca se perdieron las sonrisas, los abrazos y los recuerdos. Son momentos que ambos nunca olvidarán, momentos que valen mas que una promesa y que incluso una lágrima, porque el único final que existe es el de la vida misma. El amor verdadero se mantiene vivo, como la llama de aquellas velas que iluminaban aquel instante.

La noche entraba en sí, mientras la realidad contemplaba su obra, entonces dos personas regresaban a su propio camino, esta vez sin promesas, pero conscientes de una gran verdad.

sábado, 27 de agosto de 2011

¿Amigos nomás?


Amigos. Hay quienes dicen tener pocos, hay otros que los tienen en cada esquina. Personalmente, me considero una persona bastante sociable, así que a diario conozco gente nueva, y de hecho resulta interesante porque cada persona que conoces es un mundo, un mundo al que uno elige entrar o simplemente mantenerse al margen. Esa es la diferencia entre sencillamente conocer gente o hacer amistades.

Las amistades pueden ser momentáneas, que comente quien pueda negarme que alguna vez tuvo un amigo en la juventud o cualquier etapa de la vida, y que por diferentes circunstancias se hayan tenido que dejar de frecuentar. Es simple, amistades que el tiempo se encarga de diluir en el círculo vicioso de las relaciones sociales. Las hay sin embargo, aquellas que ni el tiempo, ni los momentos difíciles, ni siquiera las discusiones, pueden separar, amigos que siempre te van a brindar su apoyo, en quienes puedes confiar, compartir tus pasatiempos, entre tantas cosas - dependiendo la situación. Pero el tema con las amistades de este tipo se complica cuando esas amistades no son del mismo género (a menos que se trate de homosexuales), ya que fácilmente las cosas se pueden confundir, y aquí empiezan los problemas.

Es interesante lo que sucede cuando conoces a otra persona del sexo opuesto, y en el momento del 'Hola yo soy...' no estamos imaginando hasta dónde vamos a llegar con tal persona. Independientemente de si estamos hablando de una persona atractiva -entiéndase por atractiva, una persona que tiene cualquier tipo de atracción, no necesariamente física. Claro, también depende mucho de la situación. Por ejemplo, imaginemos que un sábado sales de fiesta a una discoteca, y conoces a una chica, te entretienes un rato y luego regresas a casa, sin mas. El lunes a primera hora te presentas en tu nuevo trabajo, y te das con la sorpresa de que esa chica que conociste en la discoteca es ahora tu jefa. Por eso, depende mucho de la situación ¿Cierto?.

Pero volviendo al tema de las buenas amistades, imaginemos que ya conoces a esta persona, que no es de tu mismo sexo, y que ya tienen un buen tiempo de ser amigos cercanos(de dos años para arriba), y se han hecho muy amigos, entonces por ahí un día pensaste 'Cómo sería si estaría con ella- o él'. Y el tema se complica mas aún cuando la otra persona en cuestión también ha pensado en alguna oportunidad lo mismo, y el tiempo que sigue pasando, y la relación de amistad sigue avanzando. Inevitablemente llegará el momento en que uno de los dos, generalmente ella, comience a sentir algo mas que esa amistad. A mi parecer el punto de quiebre es: El primer reclamo.

¿Qué hacer ante esto? Si alguna vez te ha pasado, ¿Que hiciste?, después de todo ¿hiciste bien?. Si hay mas de 5 comentarios en tres días, mando la segunda parte.