Al parecer la lógica común en estos organismos ejecutivos brilla por su ausencia. Y es que un fumador no dejará de consumir cigarrillos porque subió de precio 20 céntimos, considerando que quienes fuman en su mayoría no son personas de escasos recursos. Por lo que desde el momento vemos que la medida no es del todo acertada. Sin embargo, el tema va mucho más alla.
Anualmente el contrabando (venta ilegal) de cigarrillos representa una pérdida de 100 millones de soles para el Estado. Raúl Saldrías, vicepresidente del Comité de Manufactureros de Tabaco de la Sociedad Nacional de Industrias, precisó que este aumento sólo favorecería a triplicar esta cifra. Provocando incluso que disminuya la siembra y cosecha de tabaco en miles de hectáreas, volcándose éstas a la hoja de coca, de la cual no es dífícil suponer su destino.
Sin embargo la medida entró ya en vigencia y cada vez que me dirija a una bodega o supermercado a comprar cigarrillos, recuerdo que estoy contribuyendo al contrabando e indirectamente al narcotráfico por culpa de un inepto presidente al cual la capacidad de pensar parece haberle sido sesgada por la grasa, y por supuesto sus secuaces... ¿Qué sigue ahora?