miércoles, 24 de junio de 2009

De como ganaron los que siempre pierden

Hemos sido testigos en estos días como el poder opresor repliega su ofensiva frente a la unión de los pueblos. Los indígenas amazónicos lograron mucho más de lo que esperábamos, lograron aquello que nunca se logró en Lima, supuestamente la ciudad’ mas civilizada. No sólo alzaron su voz de protesta y realizaron manifestaciones, sino que lograron hacer respetar sus derechos bajo la premisa de luchar hasta la muerte si es que no se les escuchaba. Estaban dispuestos a morir si no se aceptaba su justa demanda; la derogación de los Decretos Legislativos que atentaban contra la pluriculturalidad y el equilibrio ecológico de la amazonia peruana.

La organización indígena fue un factor determinante en este conflicto

Los amazónicos fueron escuchados por el mundo entero y recibieron el apoyo de muchos compatriotas que expresaron su solidaridad con los hermanos indígenas en una marcha de apoyo que tuvo una gran concurrencia y cuya magnitud solo es comparable con aquella Marcha de Los Cuatro Suyos convocada por el hoy ex presidente Alejandro Toledo.

Este no es sólo un triunfo para las comunidades indígenas de la amazonia, sino para todos los peruanos. Quizá poco lo han visto de esta manera, pero en realidad estos señores han alzado su voz contra el gobierno vende patria diciendo a viva voz que el Perú no se vende (ni mucho menos se regala), que lo que es de los peruanos se respeta y que nadie puede expropiar de sus tierras, de sus tradiciones ni de su historia a comunidades que jamás fueron reconocidas por el estado. ¡Que tal raza!, y encima el presidente Alan García tiene la cara dura y la papada suelta para decir que ‘estos no son ciudadanos de primera clase’. QUE COINCIDENCIA, SEÑOR GARCÍA, NOSOTROS PENSAMOS EXACTAMENTE LO MISMO DE USTED.

El Perú repudia este acto y similares, que lo único que pretendía era ‘ser una raya mas al tigre’ para seguir convirtiendo al Per{u en un territorio concesionado. Actualmente aproximadamente el 72% de las tierras amazónicas están concesionadas para actividades como la tala (indiscriminada) de árboles, para extracción de petróleo, gas natural y otras. Las concesiones están hechas a transnacionales extranjeras que la última intención que tienen es traer beneficio y desarrollo al Perú. Lo único que crean es contaminación y para colmo de males, ni siquiera pagan los impuestos que deberían al Estado. A tal punto que el Gobierno (que da mas prioridad a la inversión extranjera que a la nacional), tiene que ponerse en el lamentable papel de mendigo y exigirle a las empresas que le den lo que buenamente puedan. Como bien pueden suponer este aporte es ínfimo, y aún si así no fuera, el dinero nunca justificaría el desbarajuste y el perjuicio que traen al medio ambiente.

Lamentablemente esto parece ser un tema que poco o nada le importa a los gobernantes de turno. En especial al gordito regalón que hoy está sentado en palacio. Ese palacio que nos pertenece, que les pertenece, y que hoy esta siendo ocupado por personajes sin escrúpulos ni vergüenza, que viven del dinero de nuestras aportaciones. Esa gente que se dedica a vender nuestros territorios y a jugar con la biodiversidad y la pluriculturalidad en nuestro país en nombre del sucio dinero. Creando excusas y mentiras tontas para convencer a los peruanos ‘promedio’ que se benefician de estos negocios a través de spots publicitarios, manejando las mentes de cada uno de ustedes diariamente principalmente mediante la televisión. Haciendo que en los noticieros solo resalten la muerte de los policías (que son la carne de cañón de los gobernantes), y no de los pobres indígenas que sólo defendían lo que era justo.

Hoy los amazónicos experimentan una suerte de sentimientos encontrados. Por un lado celebran su victoria en el congreso y a la vez por otro lamentan la muerte de sus hermanos caídos en pos de defender una causa justa. Es por ello que no ha habido ninguna celebración como sí lo hubo en anteriores ocasiones. Sin embargo, nos sentimos extremamente orgullosos de ellos, nos sentimos orgullosos de que sean peruanos y hermanos de sangre de muchos de nosotros. No es oportunismo, señores, pero es que gracias a ustedes hoy se comprueba el viejo y pronunciadísimo cliché ‘la unión hace la fuerza’. Ustedes hicieron algo mas que unirse, se organizaron y se entregaron a su causa. Algo admirable en estos tiempos en que las protestas y manifestaciones se venden ‘por platos de menestra’ desde los organizadores, y desgraciadamente el ímpetu de un pueblo furioso queda dispersado sin lograr ningún objetivo.

Un gran ejemplo a seguir. Muchas gracias HERMANOS.