sábado, 23 de octubre de 2010

¿Es realmente la Policía ineficiente?

Hace mucho que no escribo en el blog. Y creo que resultaría agobiante justo en este momento hablar de las elecciones, cuando de mas está decir que a mas de 20 dias de pasadas las elecciones y aún no tener una virtual alcaldesa es una burla, una burla que sólo cobra sentido cuando pensamos en un intento de fraude... lamentablemente cuando se perdió el respeto por el elector podemos esperar cualquier cosa de la ONPE, del JNE, y de Lourdes y sus secuaces.


Creo que uno de los mayores retos a los que se enfrenta la nueva alcaldesa de Lima es sin duda la inseguridad ciudadana, un problema que para el limeño promedio, se ha convertido casi un estilo de vida. Y es que uno no puede salir a la calle y sentirse seguro de hablar por el celular. No puedes salir a pasear con tu familia dejando tu vehículo solo, porque puede que lo asalten (como me pasó hace poco) o peor aún, no encontrarlo mas. Por último, no saber si llegarás vivo o no a casa. Y es tan común que se ha convertido en parte de nuestra cultura. Y nuestra concientización hace que lleguemos a culparnos, por cosas que no deberían pasar si hubiera una buena estrategia de seguridad ciudadana... ¿Quién garantiza nuestra seguridad si no es el Estado a través de la Policía Nacional y los gobiernos regionales y locales?

Y es aquí donde quería llegar. Muchos nos preguntamos por qué la policía no hace nada ante la inseguridad latente en la ciudad y la respuesta la dio anteayer la Defensoría del Pueblo, mediante un informe en el cual refería el deplorable estado de muchas comisarías en la ciudad, además de la falta de municiones e incluso gasolina para los patrulleros, que muchas veces no pueden hacer las rondas debidas para brindar la seguridad que deberían. En comisarías como Barranco, Independencia, Sgo de Surco y San Miguel, se declaró que no reciben las municiones necesarias para enfrentarse a los delincuentes en caso de una eventual balacera. Esto sumado al hecho de la desventaja que de por sí tiene el policía al portar un revólver (de 6 tiros), cuando los delincuentes muchas veces poseen pistolas (de 16 tiros) automáticas. En la Comisaría de Villa María del Triunfo, la mas pobre de Lima, faltan desde lapiceros hasta sillas. Según cuentan los policías de dicha dependencia, cuando vienen a dar 2 o 3 personas una declaración o a poner una denuncia, se les pide que pase uno solo porque no hay mas sillas. Y en muchas otras comisarías no cuentan con el servicio de agua potable.


Es lamentable que en algunas comisarías los mismos policías tengan que hacer una colecta para comprar la tinta para la impresora cuando se termina, o pedirle al denunciante menos de un sol para comprar papel y redactar la denuncia. Situaciones que también se encuentran contempladas en el informe de la Defensoría. Son muchas las cosas que hay que mejorar. La verdad es que hoy un policía prefiere ahorrarse el papeleo por detener a un ladrón y prefiere dejarlo en libertad, porque lamentablemente la ley no ampara al policía. Y peor aún, al enfrentarse con un ladrón, el policía corre el riesgo de ser denunciado por abuso de autoridad y someterse a un proceso judicial con la posibilidad de ir a prisión o irse de baja. Y así no se puede.


Ahora la pelota está en la cancha del Ministerio del Interior, ni siquiera de la nueva alcaldesa de Lima. Por nuestra parte nos toca cambiar de mentalidad, no resignarnos a convivir con la violencia y el crimen, y con el tiempo volver a creer en una Policía Nacional eficiente y en una ciudad segura, talvez ya no para nosotros, sino para las generaciones futuras.

1 comentario:

Anónimo dijo...

lo que yo queria, gracias