Es tiempo de elecciones, de decidir quién llevará las riendas de nuestro país en los próximos cinco años. Falta poco menos de una semana para estar por fin frente a esa cédula en la que tendremos la responsabilidad de elegir al sucesor del poco grato - para la gran mayoría- García.
Hoy, muchos peruanos aún no tienen decidido su voto, y es que ésta, como pocas veces se ha visto es una elección que no se ha polarizado del todo, en mi opinión por la menor cantidad de candidatos y por la trayectoria reconocida de la mayoría de ellos.
Tenemos un Ollanta Humala, que viene de quedar en segundo lugar en la segunda vuelta de las Elecciones Generales del 2006, después de Alan García. Un Alejandro Toledo, que viene ahora jactándose de ser el artífice de la bonanza económica del país, y además se presenta como el salvador del Perú después de la recesión que nos dejó Fuijimori y compañía. Por su parte Keiko Fujimori, hija del sentenciado Alberto Fujimori, que lejos de trazar distancias de su padre, se presenta como la sucesora de éste, proponiendo seguir la misma política, olvidando que muchos peruanos rechazan muchos procedimientos seguidos durante los casi diez años que estuvo al frente del país. Un Luis Castañeda, que viene precedido por una buena gestión al frente de la Municipalidad Metropolitana de Lima, pero no salvo de escándalos de corrupción, además de su poca labia y capacidad de debate, lo que en las últimas semanas se ha visto traducido en una tendencia a la baja en las encuestas. Pedro Pablo Kuczynski, ex Ministro de economía, en la gestión de Toledo, con una lucidez sorprendente para los años que trae encima, un hombre que en esta campaña ha demostrado su capacidad, transmitiendo confianza a los electores, y ha tenido que lidiar con las acusaciones y críticas por su ascendencia extranjera y nacionalidad norteamericana. Y tenemos otros candidatos, como el respetable Ricardo Noriega, Juliana Reymer, el señor Ñique de la Puente, Humberto Pinazo, entre otros que hicieron un papel muy decente, a pesar de los pocos recursos con los que su candidatura contaba, lo cual se aplaude.
Hoy, muchos peruanos aún no tienen decidido su voto, y es que ésta, como pocas veces se ha visto es una elección que no se ha polarizado del todo, en mi opinión por la menor cantidad de candidatos y por la trayectoria reconocida de la mayoría de ellos.
Tenemos un Ollanta Humala, que viene de quedar en segundo lugar en la segunda vuelta de las Elecciones Generales del 2006, después de Alan García. Un Alejandro Toledo, que viene ahora jactándose de ser el artífice de la bonanza económica del país, y además se presenta como el salvador del Perú después de la recesión que nos dejó Fuijimori y compañía. Por su parte Keiko Fujimori, hija del sentenciado Alberto Fujimori, que lejos de trazar distancias de su padre, se presenta como la sucesora de éste, proponiendo seguir la misma política, olvidando que muchos peruanos rechazan muchos procedimientos seguidos durante los casi diez años que estuvo al frente del país. Un Luis Castañeda, que viene precedido por una buena gestión al frente de la Municipalidad Metropolitana de Lima, pero no salvo de escándalos de corrupción, además de su poca labia y capacidad de debate, lo que en las últimas semanas se ha visto traducido en una tendencia a la baja en las encuestas. Pedro Pablo Kuczynski, ex Ministro de economía, en la gestión de Toledo, con una lucidez sorprendente para los años que trae encima, un hombre que en esta campaña ha demostrado su capacidad, transmitiendo confianza a los electores, y ha tenido que lidiar con las acusaciones y críticas por su ascendencia extranjera y nacionalidad norteamericana. Y tenemos otros candidatos, como el respetable Ricardo Noriega, Juliana Reymer, el señor Ñique de la Puente, Humberto Pinazo, entre otros que hicieron un papel muy decente, a pesar de los pocos recursos con los que su candidatura contaba, lo cual se aplaude.
El domingo estuve muy atento al debate entre los cinco primeros candidatos (en las encuestas), organizado por la ONG Transparencia y la Sociedad Nacional de Radio y Televisión. La críticas desde luego no faltaron, y se notó claramente la poca capacidad de algunos candidatos para debatir, y defender sus ideas. Uno de ellos es Ollanta Humala, que fue al debate a leer un libreto del cual no quiso desviarse, dejando serias dudas sobre su speech y no sabiendo trazar la línea entre el Ollanta del 2006 y su discurso radical, y el del 2011, mas moderado; como en estas semanas lo pretendió hacer. La señora Fujimori, se notó especialmente preocupada por atacar enfáticamente a Alejandro Toledo, y su pose despectiva y soberbia hicieron que caiga realmente mal. Castañeda siempre con su poca habilidad para hablar, trataba de defenderse de las críticas y de resaltar ser un hombre de obras mas que palabras, como reza constantemente en su campaña. Alejandro Toledo, supo esquivar muy bien los ataques de su contendora Fujimori, haciendo uso en mas de una oportunidad de términos despectivos como 'su papi', haciendo referencia a Alberto Fujimori; por otro lado expuso relativamente bien sus propuestas
Nadie podrá contradecir que Pedro Pabo Kuckzynski fue el más lúcido y acertado en cada una de sus intervenciones, supo exponer sus propuestas de tal modo que no se vieron atenuadas por los ataque de sus contendores, a mi parecer el mejor del debate, muy independientemente de mis preferencias por algún candidato.
Lo que después de esto me queda claro es que Ollanta Humala perdió mucho en el debate, a pesar de su tendencia al alza en las preferencias electorales según los resultados del sondeo que vimos este domingo. Solo queda ir a las urnas con responsabilidad y mucha conciencia. A pesar de las críticas a cada candidato, y los escándalos a los que la mayoría se ha visto envuelto, tenemos que decidir ya, faltando solo cuatro días para conocer los resultados de esta campaña, muy inusual en nuestro país, donde las preferencias de la gente lejos de polarizarse entre dos candidatos, están dividas entre los cinco candidatos participantes este domingo.
Nadie podrá contradecir que Pedro Pabo Kuckzynski fue el más lúcido y acertado en cada una de sus intervenciones, supo exponer sus propuestas de tal modo que no se vieron atenuadas por los ataque de sus contendores, a mi parecer el mejor del debate, muy independientemente de mis preferencias por algún candidato.
Lo que después de esto me queda claro es que Ollanta Humala perdió mucho en el debate, a pesar de su tendencia al alza en las preferencias electorales según los resultados del sondeo que vimos este domingo. Solo queda ir a las urnas con responsabilidad y mucha conciencia. A pesar de las críticas a cada candidato, y los escándalos a los que la mayoría se ha visto envuelto, tenemos que decidir ya, faltando solo cuatro días para conocer los resultados de esta campaña, muy inusual en nuestro país, donde las preferencias de la gente lejos de polarizarse entre dos candidatos, están dividas entre los cinco candidatos participantes este domingo.
Así que gente, a votar se ha dicho. Y nada de alcohol ni fiestas, a respetar la ley seca. Ja-ja.
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