jueves, 17 de febrero de 2011

Pocas palabras. Mucho que decir ( I )

Era un dia soleado y él iba determinado a cumplir con la rutina. Recorrer sus pasos como todos los días y hacer lo que estaba acostumbrado a hacer. No se considera monótono pero la situación le obligó a reprimir su naturaleza, como a muchos otros que acostumbra ver todos los dias por la ventana del autobús y dentro del mismo, especialmente por las mañanas. Con la mirada perdida en un horizonte perturbado por los ruidos del motor y un cobrador de combi que reza constantemente una frase contradictoria como 'avance para atrás'. En fin, seres destinados a pasar un día igual al anterior y exactamente igual al siguiente.


Caminaba, pero no iba solo. Caminaba porque no quería tomr el bus. En silencio, sí, y escuchando una conversacion superficial que seguramente ahora ya no recuerde. Y no necesariamente por su mala memoria, probablemente estaría distraido pensando en algo, o tal vez en nada. Cuando una voz, de pronto irrumpió ese momento, para cambiarlo todo. Un sí, un no... un hola, o un no sé podrían haber cambiado el rumbo de las cosas... podían haber determinado un cambio en la historia que ocurrió las horas siguientes. O en otras palabras, todo habría seguido igual.

Curiosamente, al levantar la mirada, escuchar la voz y la pregunta que tenía que responder; no recordó haberla visto antes, aunque ella le aseguró que en alguna oportunidad ya se habían presentado. Sí. 'Haberla visto a ella', porque era ella, no él. Pero por su mala memoria, o el estado de distracción que lo caracteriza, sencillamente no la recordó. Pero tenía que responder una pregunta. Dijo sí. Y minutos despues se halló en una charla que duraría algunos minutos, que serían como horas, días, meses o talvez años. Luego él se despidió prometiendo verla más tarde, algo que nunca ocurrió.

Pero había algo extraño en todo lo que había ocurrido en poco mas de una hora. Al irse, sintió la neceisdad de pensarla. En su mente estaba fija su imagen y la forma en que al verla se perdía en su mirada. Al día siguiente tenía que ser ella la primera persona a quien saludar, la primera persona a quien vería, y problemente a la única persona que le interesaría ver.

(...)

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